Tipos de Suelo

En general podemos decir que existen cuatro tipos de suelos según su textura: los arenosos, los arcillosos, los limosos y los suelos francos. Pueden haber otras clasificaciones, pero esta es suficiente para poder transmitirte la información que te queremos dar.

Clasificación de los suelos

Te invitamos a ver el siguiente vídeo el cual contiene una introducción a la clasificación de los tipos de suelos

La siguiente clasificación está basado en el diagrama de del departamento de agricultura de los Estados Unidos, U.S.D.A.; el cual se concentra en los porcentajes de granos menores a 2 mm que posee el terreno. Recuerda que hasta 2 micrones se considera arcilla; de 2 a 20 micrones se considera limo; de 20 a 200 micrones se le llama arena fina; y de 200 a 2000 micrones, arena gruesa. Te recordamos que 1 micrón, es la milésima parte de 1 mm.

Suelos de tipo arenoso

Los suelos arenosos, son suelos que debido a los grandes espacios que hay entre sus partículas, tienen muy buen drenaje. Esto significa que filtran el agua por gravedad con gran facilidad. Son suelos que también facilitan la aireación al interior del suelo; lo que los hace muy suaves de trabajar. Estos son suelos que poseen poco material orgánico, lo que los convierte en terrenos poco fértiles. Sin embargo, esto no significa que sea imposible cultivar en ellos: hay lugares en el mundo como por ejemplo Israel; donde han logrado restaurar zonas desérticas y convertirlas en hermosos oasis llenos de vida.

Para sembrar rápidamente en estos suelos requerirás agregar materia orgánica a la tierra. Esta fase es indispensable para que los microorganismos de la tierra vuelvan a poblarla y a trabajar en los procesos de fertilización natural. También será importante que vayas sembrando en los alrededores, inicialmente pastos para que retengan un poco la humedad del suelo y luego plantas bajas, ojalá que fijen nitrógeno a la tierra, como el fríjol, trébol, musgos, helechos, etc. De esta forma, ayudarán a restaurar más rápidamente los nutrientes del suelo y a recuperar su fertilidad.

Esto último es muy importante; pues estos suelos suelen estar muy expuestos a la erosión; y al no tener una capa vegetal, suelen ser muy calientes. Este factor hace que dificulte cultivar en esto terrenos si no sigues las sugerencias anteriores.

Estos suelos además suelen ser macroporosos; es decir, facilitan la filtración del agua, la aireación del suelo y el crecimiento de las raíces. En cambio los suelos arcillosos y limosos tienen más microporos, lo que facilita la retención del agua y también la capilaridad.

A continuación te damos un pequeño listado de productos que puedes sembrar en estos terrenos. Puedes sembrar: aguacate, apio, batata, boniato, brócoli, chufas, cipreses, coliflor, eucalipto, lavanda, lechuga, nabo, ñame, papa, pepino, pino, puerros, rábano, remolacha, romero, salvia, taro, uva, yuca, zanahorias.

Suelos de tipo arcilloso

La principal característica por la cual podemos comenzar a sospechar que un suelo es arcilloso, es por su color. Los suelos arcillosos se caracterizan por ser amarillentos o rojizos; además de tener también un grano muy, pero muy fino; esto hace que sean terrenos muy compactos.

Las partículas que conforman la arcilla, tienen forma laminar como la mica. Se caracterizan por su alta plasticidad cuando se humedecen. Es por ello, que cuando tomes en tus manos una muestra de terreno arcilloso y le añadas suficiente agua; esta se expandirá y se volverá pegajosa. Esto hace que sean suelos difíciles de trabajar o pesados; como los llaman en agricultura; pues requerirán mayor esfuerzo físico de tu parte para trabajarlos.

Los terrenos de tipo arcilloso, no suelen permitir la filtración del agua y por ende tienden a encharcarse. Si estás en este tipo de terreno, cavas un hueco de 30 centímetros y le añades un baldado de agua; notarás que ésta solo desaparece cuando el sol la evapore… puede durar encharcado días. Además, luego de que se seque se agrietará o quedarán terrones de tierra grande. En épocas de lluvia, los reconocerás porque al caminar sobre ellos, suele adherirse grandes cantidades de suelo a tus botas; dificultando tu andar.

Este tipo de suelos compactos, no tienen mucha aireación al interior de la tierra y por ende; dificulta también la penetración de las raíces de algunas plantas. Al encharcarse hace que muchas raíces se pudran.

Sin embargo, no todo es malo. Los suelos de tipo arcilloso, retienen más materia orgánica que los arenosos y los limosos; por ello, es un suelo muy rico en nutrientes y materia orgánica; y por ende, puedes sacarle provecho si le agregas arena y materia orgánica a los primeros 30 centímetros de profundidad; si quieres sembrar por ejemplo hortalizas. Se te darán muy bien. También puede ser un buen suelo si tu clima es muy seco; pues no vas a requerir mucho riego. Como te darás cuenta, la bondad de los suelos, son temas un poco relativos.

Este tipo de terrenos es excelente para sembrar: acelga, ajo, avellano, bambú, calabaza, calabacín, cebolla, cerezo, chirimolla, espinaca, dalias, girasol, grosella, habas, hierbabuena, higuera, judías, laurel, mango, manzano, melón, menta, nogal, peral, perejil, puerro, remolacha, rosal, sandía.

Suelos de tipo limoso

En general, este tipo de suelos suelen estar en el lecho de los ríos y suelen componerse de partículas que son muy pequeñas y suaves al tacto. Este es un suelo muy compacto; aunque no tanto como la arcilla; y por ende suele retener bien el agua sin ser impermeable. Al igual que la arcilla, los suelos limosos tienden a absorber la materia orgánica, sobre la superficie de sus partículas; lo que los hace más fértiles que los suelos arenosos.

Las partículas de limo, a diferencia de las arcillosas, tienden a tener una forma irregular; unas veces son lisas, otras veces son pulidas. Son microscópicas y suelen tener un mineral dominante que es el cuarzo; al igual que la arena y la arcilla; aunque la arena tiene una mayor proporción de cuarzo y la arcilla una menor proporción. Su plasticidad es intermedia entre la arcilla y la arena; al igual que su nivel de absorción de agua.

Este tipo de suelo, se considera mucho más sencillo de cultivar que los dos tipos de suelos anteriores.

En este tipo de suelo se suele sembrar: alcachofa, arroz, coles, encinos, fresnos, lechuga, orégano, sauces.

Suelos de tipo franco o marga

Como se nombró en la introducción; en realidad se le llama así al suelo que posee una combinación de los tres tipos anteriores de suelo. Es un suelo que tiene un alto porcentaje de arena y limo; aproximadamente en un 40% cada uno; y poca cantidad de arcilla; un 20 % aproximadamente.

El suelo marga, lo consideran el óptimo para cultivar; pues gracias a la alta cantidad de arena las raíces se desarrollan bien y no se inunda; y gracias a la alta proporción de limo hay buena cantidad de materia orgánica, lo que la hace fértil; y finalmente la arcilla, ayuda a mantener también la humedad y los nutrientes. Este tipo de suelo ha demostrado ser altamente productivo por lo que es el favorito de los agricultores.

Este tipo de suelo suele ser de color café oscuro o negruzco; entre más negro se considera que tiene mayor cantidad de materia orgánica. Su trabajabilidad es intermedia.

Puedes sembrar prácticamente de todo; pero te damos una lista de lo que será más sencillo de cultivar: albahaca, betabel (remolacha), cebolla, cilantro, fresas, lechuga, perejil, pimientos, tomates, zanahorias.

Como hacer un análisis rápido de la textura de los suelos

Este vídeo me encanta. Porque explica de una forma muy sencilla, rápida y casera; cómo conocer la cantidad de arena que hay en los suelos de tu cultivo; y además explica que, la preferencia por un tipo de suelo versus otro, también depende de otros factores; como por ejemplo la pluviosidad del lugar donde estás. Te lo recomiendo.